Años después, Ángela Vicario seguirá escribiéndole cada día rogándole que vuelva, primero formalmente, después con cartas de jóven enamorada y, finalmente, fingiendo enfermedades... Así pues, Bayardo San Román vuelve claramente desmejorado con toda la correspondencia sin abrir.
Los hermanos Vicario -Pedro y Pablo-, obligados por la defensa del honor familiar, anuncian por todo el pueblo que matarán a Santiago Nasar, quien curiosamente no se entera sino minutos antes de morir de las intenciones de los hermanos Vicario. Éstos, después de considerarlo en varias ocasiones, acaban matándolo en la puerta de su casa, a la vista de la gente que no hizo o no pudo hacer nada para evitarlo. Pasados más de 20 años, un cronista se pregunta por tanto silencio, y reconstruye paso a paso los hechos que acabarán en la muerte de Santiago.
De este carácter real y verídico viene el nombre de crónica, que no sólo aparece en el título de la novela, sino que la orienta estructuralmente, ya que, desde el comienzo, lo que pretende el narrador es la recopilación de datos y testimonios, que de alguna manera puedan ayudar a entender el por qué del asesinato de Santiago Nasar, lo inevitable del mismo, así como los perfiles humanos y psicológicos de todos los personajes que tuvieron, por acción y omisión, algo que ver con el funesto suceso.