Una mañana Gregorio Samsa se despierta en su cuarto convertido en una extraña criatura insectoide (escarabajo pelotero segun su version original). Su primera preocupación, a pesar de la horrible situación en la que se halla, es que llegará tarde al trabajo y perderá el tren que tenía que tomar. Tal inquietud pronto aparece en el resto de su familia cuando se dan cuenta de que Gregorio aún no ha salido a trabajar y continúa encerrado en su habitación. En su situación, incapaz de controlar su nuevo cuerpo y de hablar normalmente, la apertura de la puerta se convierte en una odisea que se agrava con la llegada del principal enviado por el jefe de Gregorio. Cuando, por fin, todos descubren el nuevo estado de Gregorio, la familia pasa del horror inicial a tratarlo con abnegación, como una carga o un molesto deber. Sin embargo, sus padres no vuelven a entrar en su cuarto, donde Gregorio queda confinado, y es su hermana, Grete, la que se dedica a intentar cubrir sus necesidades básicas como mejor puede, a pesar de que le causaba repugnancia su aspecto.
Aunque Gregorio conserva en todo momento sus facultades mentales, su incapacidad para hablar hace pensar a la familia que no es ya más que un animal que no puede comprenderlos, y que ha perdido su sentido racional. Grete pronto vacía la habitación de casi todo el mobiliario para dejarle una mayor libertad de movimientos, que Gregorio no tarda en aprovechar y disfrutar al descubrir que se halla más cómodo trepando por las paredes y el techo que en el suelo. Sin embargo, no deja de sentirse avergonzado y siempre se oculta, detrás de un sofá antes de la llegada diaria de su hermana para traerle comida y limpiar el cuarto. En una ocasión, motivado por el hecho de que su madre parece no acabar de aceptar lo que es ahora su hijo, Gregorio abandona su habitación, su padre lo persigue con intenciones agresivas y, dado el frágil estado de su hijo, casi lo mata. En realidad su padre no tiene intención de trabajar mientras que trabaje su hijo y le de la buena vida alegando que él ya está demasiado viejo. Pero cuando su familia necesita el dinero para la subsistencia rápidamente encuentra un trabajo y deja de aprovecharse de la buena voluntad de su hijo Gregorio. En otra ocasión, tras largos días de soledad y deterioro físico tras el percance con su padre, la música del violín tocado por su hermana en honor de unos arrogantes inquilinos, con cuya renta la familia puede seguir viviendo tras la pérdida del sueldo de Gregorio, lo hace salir de su habitación en una especie de trance (con intenciones de cariño hacia su hermana). Esto crea nuevos problemas que ponen en peligro los ingresos de los que vive la familia. Entonces, Grete expresa su más total repulsa hacia su hermano y opina que deben librarse de él porque ya han hecho con él todo lo humanamente posible y la criatura no es ya Gregorio. Entonces Gregorio vuelve a su habitación y muere por no comer nada, de inanición, abandono y una infección causada por el ataque de su padre. Al descubrir su cadáver, la familia siente que se les ha quitado un enorme peso de encima y comienzan a planificar el futuro, salen en un viaje y cierran rápida y definitivamente esa etapa de sus vidas con las esperanzas puestas en su hija.
¡Ay que larga es esta vida! / ¡qué duros estos destierros! / ¡esta cárcel, estos hierros / en que el alma está metida! / Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, / que me muero porque no muero. —Santa Teresa de Jesús.
22 junio 2008
El Amante (Marguerite Duras)
Los amores entre una adolescente francesa de 15 años y un rico comerciante chino de 27 son tratados en El amante (L’amant, 1984), novela de Marguerite Duras ganadora del prestigioso Premio Goncourt.
Ella tuvo una infancia difícil: perdió a su padre a los 4 años de edad y su madre, directora de una escuela femenina de Sadec, quedó en la ruina al comprar tierras anegadas frente a la montaña de Siam, en la península de Indochina.Rodeada de criados, su pequeña familia vive en la estrechez y pasa vergüenza vendiendo sus muebles para comer. Por razones culturales, la pobreza en los blancos es más llamativa, al menos en las colonias, pues no están acostumbrados a vivir en la indigencia.
Tal vez el sol intenso de Vietnam o la miseria ensimismó a la protagonista, que en la parte medular del relato tiene 15 años. Sus hermanos parecen resignados a la miseria. Uno de ellos, el mayor, sobreprotegido por la madre, se refugia en el opio, que consigue con la venta de objetos familiares. La narradora lo detesta por ser agresivo y despectivo con los débiles. Cierta vez, intentó violar a la criada Dô, quien acompañará a la madre hasta el fin de sus días.
En la comercial ciudad de Saigón (en la actualidad, Ciudad Ho Chi Minh) se desarrolla gran parte del libro. La protagonista come y duerme en un internado estatal habitado por muchas mestizas, y estudia en un instituto cercano para obtener el bachillerato superior. Su madre desea que siga luego cursos de Matemáticas, algo práctico, oponiéndose a su vocación literaria.Hasta que la adolescente conoce a un elegante comerciante chino. El relato hace mucho hincapié en las ropas que ella usaba por aquellos días: vestido de seda muy escotado, cinturón de cuero, par de zapatos dorados de tacones altos, sombrero de fieltro, de hombre, con cinta negra. Cosas de su madre o compradas en remates.
Mientras viajaba en un transbordador por el caudaloso río Mekong, el chino, hijo del dueño de la inmobiliaria popular de la colonia, se le acerca tímidamente a la muchacha. “Existe la diferencia racial, no es blanco, debe superarla, por eso tiembla”, dice quien narra. La joven se siente arrastrada por la fuerza del deseo. Anhela el placer sexual para escapar de la soledad, de la tristeza, de su pobre condición.
Una tarde, en Cholen, pueblo próximo a Saigón, concreta la idea con este sujeto de cuerpo débil y de trajes propios de los banqueros del lugar. Ella tiene el valor de ir al encuentro de lo prohibido por su madre, quien sería capaz de matarla si se entera de la verdad. Pero quizá el asunto que más preocupa a la protagonista es la diferencia de edades. “Soy tan joven, tan joven que si nuestra historia se descubriera él podría ir a la cárcel”, dice.
Por otro lado, la familia acepta el apoyo económico del chino de Cholen, aunque no se lo agradezca. Los meses transcurren sin que la muchacha deje de encontrarse cada tarde con el amante, hasta que la situación se vuelve insostenible. Pero la historia no tendrá los tintes trágicos de Crónica de una muerte anunciada (1981), novela del colombiano Gabriel García Márquez, en la que debido a una situación semejante dos gemelos acuchillan a un muchacho por la deshonra de la hermana.
Los obstáculos raciales, sociales y de edad afectan más al amante chino que a la joven francesa, pues él está obligado a borrar su amor por la linda chiquilla blanca. Incluso su padre preferiría verlo muerto que al lado de ella.
Por muchos aspectos, la novela es de corte experimental. Los diálogos no están entre comillas o antecedidos por un guion. Además, los casi cien textos no numerados ni titulados que presenta la obra parecen faltos de orden, pues en estos se alterna indistintamente la primera con la tercera persona.
La narradora se refiere a dos personajes importantes según la función que cumplen frente a la protagonista anónima, no con nombres propios. Así tenemos al “hermano mayor” y al “amante de Cholen”. Pese al uso de estas modestas piruetas técnicas no se descuida el contenido, lo que sí sucedió en varios miembros del nouveau roman, corriente conocida también como antinovela y la cual fue cultivada por escritores franceses como Alain Robbe-Grillet tras la Segunda Guerra Mundial.
La singular melancolía de la protagonista es uno de los puntos que más llama la atención. Tras una profunda crisis psíquica marcada por el alcoholismo, nos ofrece varios pasajes de su vida, especialmente lo ocurrido hace medio siglo. Su conciencia se desborda fluidamente mientras escribe, gobernando en sus páginas el presente de indicativo
La Vorágine (José Eustasio Rivera)
Novela del escritor colombiano José Eustasio Rivera, publicada en 1924, que narra las peripecias de Arturo Cova en la selva amazónica -- un personaje que narra en primera persona su escape con una mujer hacia las entrañas del bosque tropical. Aunque la novela parece una historia de pasión, expone a lo largo de su trama las duras condiciones de vida de los peones durante la fiebre del caucho y los indígenas de la Amazonia esclavizados por los caucheros.
Uno de los personajes principales del relato es la selva tropical, una fuerza que termina absorbiéndolo todo. La Vorágine descubre en una vertiente naturalista que la intensidad de la lucha entre el ser humano y la naturaleza salvaje, esconde la explotación del hombre por el hombre y la destrucción simultánea de las personas y la selva:
¿Yo he sido cauchero! ¡Y lo que hizo mi mano contra los árboles puede hacerlo contra los hombres!
El problema no es el caucho, es una costumbre sistemática:
La costumbre de perseguir riquezas ilusas a costa de los indios y los árboles...'
La naturaleza se defiende, pero además es invocada por los oprimidos:
¿Por qué no ruge toda la selva y nos aplasta como a reptiles para castigar la explotación vil?
La selva no quiere aplastar a todos, acude en auxilio de quienes descubren sus milagros. Una palmera de cananguche ayudó a Clemente Silva a encontrar el camino cuando estaba perdido:
¿Sería cierto que la palmera encumbrada en aquel destierro, como un índice hacia el azul, estaba indicándole la orientación? Verdad o mentira, él lo oyó decir. ¡Y creyó! Lo que necesitaba era una creencia definitiva. Y por el derrotero del vegetal comenzó a perseguir el propio. Fue así como al poco tiempo entró en la vaguada del río Tiquié.
Contrasta con el desespero y la fe de las víctimas, la imagen civilizada de los líderes y empresarios de las repúblicas latinoamericanas que en realidad es la otra cara de la moneda de las bárbaras condiciones a que someten a sus pueblos:
¿Cómo pensar que nos apalearan, nos persiguieran, nos mutilaran aquellos señores de servil ceño y melosa charla que salieron a recibirlo en La Chorrera y El Encanto
El Estado es el cómplice necesario:
Hasta el gobernador negociaba en cucho... El gobernador de esta comarca es un empresario...
"Señor Juez cuando se desocupe de pesar el caucho, háganos el favor de abrir las oficinas...
A algún visitante (un biólogo francés) se le ocurre denunciar las violaciones de los derechos humanos:
"Estos crímenes que avergüenzan a la especie humana deben ser conocidos en todo el mundo".
Envió notas a Londres, París y Lima, acompañando vistas de sus denuncias, y pasaron tiempos sin que se notara ningún remedio...
La respuesta llega:
"¿Por qué pretende este aventurero ponerle pauta a nuestro negocio? ¿Quién le otorgó permiso para darlas de retratista?... ¡El infeliz francés no salió jamás!"
Desaparecido, desparecidos, drama que han vivido miles en toda Latinoamérica. La novela llega al corazón de la situación del continente, de los ecosistemas agredidos y de las gentes despojadas.
Uno de los personajes principales del relato es la selva tropical, una fuerza que termina absorbiéndolo todo. La Vorágine descubre en una vertiente naturalista que la intensidad de la lucha entre el ser humano y la naturaleza salvaje, esconde la explotación del hombre por el hombre y la destrucción simultánea de las personas y la selva:
¿Yo he sido cauchero! ¡Y lo que hizo mi mano contra los árboles puede hacerlo contra los hombres!
El problema no es el caucho, es una costumbre sistemática:
La costumbre de perseguir riquezas ilusas a costa de los indios y los árboles...'
La naturaleza se defiende, pero además es invocada por los oprimidos:
¿Por qué no ruge toda la selva y nos aplasta como a reptiles para castigar la explotación vil?
La selva no quiere aplastar a todos, acude en auxilio de quienes descubren sus milagros. Una palmera de cananguche ayudó a Clemente Silva a encontrar el camino cuando estaba perdido:
¿Sería cierto que la palmera encumbrada en aquel destierro, como un índice hacia el azul, estaba indicándole la orientación? Verdad o mentira, él lo oyó decir. ¡Y creyó! Lo que necesitaba era una creencia definitiva. Y por el derrotero del vegetal comenzó a perseguir el propio. Fue así como al poco tiempo entró en la vaguada del río Tiquié.
Contrasta con el desespero y la fe de las víctimas, la imagen civilizada de los líderes y empresarios de las repúblicas latinoamericanas que en realidad es la otra cara de la moneda de las bárbaras condiciones a que someten a sus pueblos:
¿Cómo pensar que nos apalearan, nos persiguieran, nos mutilaran aquellos señores de servil ceño y melosa charla que salieron a recibirlo en La Chorrera y El Encanto
El Estado es el cómplice necesario:
Hasta el gobernador negociaba en cucho... El gobernador de esta comarca es un empresario...
"Señor Juez cuando se desocupe de pesar el caucho, háganos el favor de abrir las oficinas...
A algún visitante (un biólogo francés) se le ocurre denunciar las violaciones de los derechos humanos:
"Estos crímenes que avergüenzan a la especie humana deben ser conocidos en todo el mundo".
Envió notas a Londres, París y Lima, acompañando vistas de sus denuncias, y pasaron tiempos sin que se notara ningún remedio...
La respuesta llega:
"¿Por qué pretende este aventurero ponerle pauta a nuestro negocio? ¿Quién le otorgó permiso para darlas de retratista?... ¡El infeliz francés no salió jamás!"
Desaparecido, desparecidos, drama que han vivido miles en toda Latinoamérica. La novela llega al corazón de la situación del continente, de los ecosistemas agredidos y de las gentes despojadas.
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