La fiesta del chivo es considerada un ejemplo nítido del lenguaje utilizado por Mario Vargas Llosa. De una prosa muy actual y con un estilo inconfundible, su autor nos relata un pasado importante de la historia reciente de la República Dominicana: la caída de la dictadura del general Rafael Leónidas Trujillo.
Una obra cuidadosamente escrita, donde con todo lujo de detalles se nos narran los hechos que suceden desde que se urde la trama para derrocar al régimen hasta la muerte del dictador, y las represalias que tienen lugar tras ésta. Nos ofrece una información muy completa del final de la dictadura, sumergiéndonos en la República Dominicana de esas fechas, y nos acerca a la figura del dictador quizá más sanguinario de la historia reciente de América Latina.
Paralelamente, se narra el reencuentro de la hija de un ministro del régimen —que se encuentra trabajando en Estados Unidos— con su familia dominicana, tras 35 años de ausencia del país. Los recuerdos de la familia —tanto los personales como los fantasmas del pasado— resurgirán tras estar mucho tiempo soterrados.
La tensión narrativa va creciendo en intensidad conforme avanza la historia, de modo que el desenlace no por conocido resulta menos emocionante.
En cuanto al lenguaje, descarnado, sin concesiones, resulta crudo y desgarrador en algunos pasajes, por tal motivo no se recomienda para lectores menores de edad. Es una obra que no dejará indiferente al lector y que puede resultar interesante así mismo como un medio de documentación histórica. Si bien Vargas Llosa explicó en la presentación de su libro, en Madrid, que parte del mismo se basa en la historia y parte es ficción.
Esta novela fue publicada el 3 de marzo de 2000 por la Editorial Alfaguara.
Ha sido llevada al cine en 2005 de la mano del primo del autor, Luis Llosa, con su película homónima.
Una obra cuidadosamente escrita, donde con todo lujo de detalles se nos narran los hechos que suceden desde que se urde la trama para derrocar al régimen hasta la muerte del dictador, y las represalias que tienen lugar tras ésta. Nos ofrece una información muy completa del final de la dictadura, sumergiéndonos en la República Dominicana de esas fechas, y nos acerca a la figura del dictador quizá más sanguinario de la historia reciente de América Latina.
Paralelamente, se narra el reencuentro de la hija de un ministro del régimen —que se encuentra trabajando en Estados Unidos— con su familia dominicana, tras 35 años de ausencia del país. Los recuerdos de la familia —tanto los personales como los fantasmas del pasado— resurgirán tras estar mucho tiempo soterrados.
La tensión narrativa va creciendo en intensidad conforme avanza la historia, de modo que el desenlace no por conocido resulta menos emocionante.
En cuanto al lenguaje, descarnado, sin concesiones, resulta crudo y desgarrador en algunos pasajes, por tal motivo no se recomienda para lectores menores de edad. Es una obra que no dejará indiferente al lector y que puede resultar interesante así mismo como un medio de documentación histórica. Si bien Vargas Llosa explicó en la presentación de su libro, en Madrid, que parte del mismo se basa en la historia y parte es ficción.
Esta novela fue publicada el 3 de marzo de 2000 por la Editorial Alfaguara.
Ha sido llevada al cine en 2005 de la mano del primo del autor, Luis Llosa, con su película homónima.