Todo empieza en la Catedral de Santiago de Compostela en la noche de Todos los Santos. Julia Álvarez se encuentra trabajando hasta tarde en la restauración del Pórtico de la Gloria cuando, de pronto, un extraño irrumpe en el templo y se dirige a ella en una lengua desconocida. Antes de que logren entenderse, un súbito tiroteo frustrará su encuentro y el intruso huirá. El hombre que ha iniciado los disparos se presenta entonces a Julia como un agente de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos que ha sido enviado a España para esclarecer el secuestro de su marido, el afamado climatólogo Martin Faber, desaparecido cerca de la frontera entre Turquía e Irán. Allí mismo le advertirá que también su vida corre peligro.
Durante las horas siguientes, Julia se verá envuelta en la búsqueda de dos antiguas piedras que son la clave para rescatar a su esposo. Son dos minerales únicos, descritos en detalle por primera vez en el siglo XVI, llamados adamantas, que pertenecieron a un matemático y astrólogo de la corte de Isabel I de Inglaterra que dedicó buena parte de su vida a investigar las posibilidades de comunicarse con los ángeles, y que Julia y Martin recibieron como regalo de boda cinco años atrás. Conocidas también como betilos, heliogábalos, chintamanis e incluso «piedras susurrantes», las piedras del matrimonio Faber son codiciadas desde hace siglos por personas de las altas esferas políticas de Estados Unidos, incluido el presidente, y por una secta milenaria del corazón de Armenia. En medio de esta lucha internacional por hacerse con su control, Julia Álvarez irá comprendiendo aspectos de la personalidad de su marido que hasta ahora desconocía y que podrían determinar el destino de la humanidad. Desde Santiago se iniciará un vertiginoso viaje que conducirá a Julia de una pista a otra, sorteando peligros y descifrando mensajes ocultos en marcas de cantería, lápidas legendarias y cábalas fonéticas, que se entremezclarán con mitos y creencias tan antiguas como el Diluvio Universal. Esta aventura culminará en tierras de Noé, en lo alto del monte Ararat, arrastrando a Julia a una trampa urdida por aquellos en quienes más confiaba y que la obligará a enfrentarse a aquello que más teme.
(Fuente: www.elangelperdido.com)