¡Ay que larga es esta vida! / ¡qué duros estos destierros! / ¡esta cárcel, estos hierros / en que el alma está metida! / Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, / que me muero porque no muero. —Santa Teresa de Jesús.
08 agosto 2015
Las moradas del diablo (Rafael Rodríguez Hernández)
Las moradas del diablo es una historia fascinante sobre un pueblo y sus variopintos habitantes, que se desarrolla en tiempos de Cuaresma, y en la que convergen los hechos más asombrosos: el pie invisible que acciona el pedal de una máquina de coser; la sombra que aparece deslizándose constantemente por las paredes de la casa de la viuda Remigia de Las Heras; las posesiones demoníacas; las insólitas lluvias de ceniza, de cruces de madera y de piedrecitas de colores, que se registran por separadas en distintos momentos de la historia; la venta de niños concebidos por monjas víctimas de la depravación sexual del cura del pueblo; la mujer que entrega su vida en sacrificio a la diosa de los montes después de haberse convertido en ferviente seguidora de una momia idolatrada por un grupo de sectarios; y la tarea que le da a la viuda del diácono el mismísimo Diablo, que implantó sus moradas en el pueblo santo de Arenas Doradas, estremeciendo los cimientos de la fe católica y, como era de esperarse, dejando víctimas a su paso.