21 diciembre 2013

La sangre erguida (Enrique Serna)





Se ha dicho, tal vez con razón, que el feminismo produjo la única revolución exitosa del siglo xx, fecundo en revoluciones fallidas. Las mujeres salieron de sus casas, se libraron del yugo masculino, con la píldora anticonceptiva su cuerpo no fue más considerado solo como medio de reproducción, obtuvieron el voto, han alcanzado cierta equidad en la academia (menos en posiciones de gobierno o legislativas), y cada vez más su presencia se destaca en ámbitos científicos, culturales y empresariales.

El feminismo duro, alcanzadas sus conquistas, se colapsó. La imagen de la mujer en el postfeminismo es compleja: trabajan, tienen hijos, muchas deciden tenerlos sin pareja o no tenerlos, y no pocas deciden vivir solteras. Pero esa liberación no las hecho más felices. Estudios realizados en Estados Unidos y en Europa muestran que las mujeres no son hoy más felices que antes de la revolución feminista.

Ángeles del abismo (Enrique Serna)



México, finales del siglo XVII. Desde su niñez, la falsa beata Crisanta Cruz y el indio apóstata Tlacotzin desarrollaron una férrea voluntad de sobrevivir y una refinada malicia para burlarse de sus opresores.

Estos personajes son la columna vertebral de una hilarante intriga novelesca que desnuda los vicios privados y las virtudes públicas de la sociedad colonial: la teatralidad del misticismo, los laberintos barrocos del deseo reprimido, el culto clandestino a los dioses prehispánicos, la sórdida lucha por el poder entre las órdenes religiosas...

Enmarcada en una época fascinante, desmesurada y poco conocida, con la riqueza de ambientes y personajes característica de la mejor narrativa hispanoamericana, Ángeles del abismo, basada en un proceso inquisitorial real, combina la novela picaresca, la comedia de enredo y el folletín en un fascinante retablo narrativo. (Fuente: planetadelibros.com).

15 diciembre 2013

La madre (Pearl S. Buck)



Una novela intimista sobre la vida familiar en la China tradicional. Pearl S. Buck supo interpretar, como ningún otro occidental, el alma del pueblo chino. Su obra constituye un puente de entendimiento entre nuestro mundo y aquel gigantesco país asiático. La madre es la historia de una mujer china, en el marco histórico de la década de 1930, a quien no se da nombre propio alguno en la novela —al igual que a los demás personajes—, pues solo se hablará, en alguna ocasión, y como incidentalmente, de una tal familia Li, y que personifica a la sufrida madre rural china, constituyendo una contrafigura de la O-Lang que aparece en La buena tierra.

La campesina (Alberto Moravia)


Roma, septiembre de 1943, hace apenas dos meses que Mussolini ha sido destituido y con los aliados ya en el sur del pais, el gobierno italiano decide ahora firmar un armisticio, rindiendo a su ejército y poniendo fin así a su ridícula participación en la II Guerra Mundial. El ejército alemán no tiene más remedio que asumir el control del frente italiano para impedir que los aliados accedan en un paseo triunfal al centro de Europa. En un último estertor, Mussolini funda en el norte del pais, con ayuda de los alemanes, la República Social Italiana. Con dos cabezas, la situación del pais no puede ser más caótica. Aparte de la falta de artículos de primera necesidad y de la vertiginosa caida del valor de la moneda, todo el pais adolece también de sistema alguno que permita aplicar las leyes con un mínimo de coherencia, convirtiéndose en un lugar muy inseguro. Las exacciones de los últimos apuntados al carro del fascismo y los delicuentes que ahora campan a sus anchas esquilman aún más si cabe a un pueblo completamente desorientado que sólo vive con la esperanza de que lleguen los aliados y traigan comida y orden al pais. Vana ilusión.

En este contexto sitúa Moravia a la protagonista del libro, Cesira, una joven viuda que, exasperada por la situación de carestía en que se ve sumida Roma, no duda en coger sus ahorros y abandonar temporalmente su pequeño piso y su tienda en el barrio romano del Trastevere, huyendo con su hija Rosetta, una joven ya “en edad de merecer”, en dirección a su pueblo natal, situado en una zona montañosa entre Roma y Nápoles, con la esperanza de que “en el campo las cosas irán mejor”. Moravia nos proporciona por tanto, una vez más, dos personajes femeninos al borde de una situación límite. Si en La Romana se trata de una madre que empuja a su hija a la prostitución, en La campesina se trata de dos refugiadas que tratan de sobrevivir en un pais sin cabeza, y por tanto sin ley, ocupado por uno de los ejércitos más cruentos de este siglo, con el agravante de que se encuentra en el justo momento de darse cuenta que está perdiendo la guerra.


La reina descalza (Ildefonso Falcones)



En la España del siglo XVIII, una conmovedora historia de amistad, pasión y venganza une dos voces de mujer en un canto desgarrado por la libertad.

En enero de 1748, una mujer negra deambula por las calles de Sevilla. Atrás ha dejado un pasado esclavo en la lejana Cuba, el hijo al que nunca volverá a ver y un largo viaje en barco hasta las costas españolas. Caridad ya no tiene un amo que le dé órdenes, pero tampoco un lugar donde cobijarse cuando se cruza en su camino Milagros Carmona, una joven gitana de Triana por cuyas venas corre la sangre de la rebeldía y el arte de los de su raza.

Las dos mujeres se convierten en inseparables y, entre zarabandas y fandangos, la gitana confiesa a su nueva amiga su amor por el apuesto y arrogante Pedro García, de quien la separan antiguos odios familiares. Por su parte, Caridad se esfuerza por acallar el sentimiento que está naciendo en su corazón hacia Melchor Vega, el abuelo de Milagros.

Pero cuando un mandato real convierte a todos los gitanos en proscritos, la vida de Milagros y Caridad da un trágico vuelco. Aunque sus caminos se separan, el destino volverá a unirlas en un Madrid donde confluyen contrabandistas y cómicos, nobles y villanos; un Madrid que se rinde a la pasión que emana de las voces y bailes de esa raza de príncipes descalzos.

Ildefonso Falcones nos propone un viaje a una época apasionante, teñida por los prejuicios y la intolerancia. Desde Sevilla hasta Madrid, desde el tumultuoso bullicio de la gitanería hasta los teatros señoriales de la capital, los lectores disfrutarán de un fresco histórico poblado de personajes que viven, aman, sufren y pelean por lo que creen justo. (Fuente: Ildefosofalcones.com

Memorial del convento (José Saramago)



La historia se desarrolla en el Portugal del siglo XVIII, cuando el rey Don Juan V de Portugal, el Magnánimo, manda construir un convento franciscano en Mafra, después de serle concedido el “milagro” de que su esposa, Doña María Ana de Austria, quedara encinta, luego de cientos de intentos fallidos.

Los personajes principales de la trama son Baltasar Sietesoles, un exsoldado manco que tiene un gancho por siniestra; Blimunda Sietelunas, una mujer de origen humilde, con un extraño poder que le permite observar el interior de las personas y Bartolomeu Lourenço de Gusmão, un cura, con una extraña afición por volar.

A lo largo del libro, el lusitano narra el proceso de construcción del convento de Mafra, obra gigantesca y monumental de la arquitectura portuguesa. La novela de Saramago está escrita en tercera persona.

También hace narración de la construcción de la passarola, un objeto inventado por Lourenço, que levitaba en el aire, gracias a la acción de causa- efecto entre el sol, el ámbar, unas esferas de cristal, ciertos metales y la potencia de las voluntades.

En una parte de la novela, hace aparición Domenico Scarlatti, músico italiano que daba clases de música a la infanta María Magdalena Bárbara, hija de Don Juan V.

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